Tipificaciones del músico popular 

20.02.2020

Cuando hablamos de tipificaciones profesionales, los intereses del mercado son los verdaderos responsables, en muchos de los casos, del desarrollo de estos imaginarios colectivo, distorsionando el verdadero sentido del estereotipo.

Extraído de la tesis doctoral "Proyecto de profesionalización del músico popular en la Meseta de los Pueblos de Nicaragua" Miguel A. Cano

La realidad social de la vida cotidiana se construye desde la diversidad de tipificaciones que se vuelven anónimas conforme se alejan de las situaciones cara a cara. Para Berger y Luckmann (1967) la estructura social es una estructura esencial de la realidad de la vida cotidiana que se construye desde las interacciones.

Estas tipificaciones forman parte de creencias que, a su vez, se encuentran enraizadas en la cultura popular de la sociedad. En concreto estamos hablando de tipificaciones fundamentadas en creencias sobre el trabajo o la profesión. "Las creencias son productos colectivos que florecen en el individuo a fuerza de la costumbre, entonces la relación costumbre-hábito-creencia es una relación estrecha en la cual se confunde las fronteras. Podemos afirmar que hay una gran diversidad de tipos de creencias; hay creencias religiosas, hay creencias morales, hay creencias sobre el trabajo o la profesión, hay creencias sobre las relaciones humanas, etc" (Quiroz, 2016: 65).

Aunque que llegan a convertirse en parte de ese imaginario social de la comunidad, en muchos de los casos no estén bien fundamentadas en la realidad y son de débil sustento. "Se les llama construcciones imaginaras porque frecuentemente tiene un débil apoyo en la realidad, incluso aunque muchas de ellas estén vinculadas o sustentadas en la realidad, lo cierto es que su componente de construcción imaginaria es predominante frente aquello que pudiéramos llamar racional. Son sociales porque la mayoría de ellas son de producción colectiva y consecuentemente anónimas." (Quiroz, 2016: 69).

Para la sociedad nicaragüense, cuando hablamos de la profesión del músico popular, salen muchos estereotipos a la mesa, como: el de vago, el de poco trabajador, informal, músico pagado no toca buen son, contento pero desafinado, hombre chiquitín, embustero y bailarín, etc.

Salcedo Ramos los describe de esta forma: "Aquellas prohibiciones y estigmas pueden entenderse como la correa de transmisión doméstica de viejos complejos culturales que, sobre todo, despojaban al pueblo de su voz interior. Además, los músicos y trovadores populares eran considerados -gracias a la inevitable bohemia que acompañaba y enriquecía la tradición trovadoresca- como una cáfila de borrachos ociosos, gentes de perdición." (Salcedo y García, 1994).

Salcedo mismo lo ejemplifica en la vida de Toño, que lucho con esos estereotipos negativos, en este caso de la sociedad colombiana, y que desobedecían de las pautas estipuladas como normales en las creencias de su comunidad. "Desde los tiempo en que su padre se oponía a verlo convertido en un gaitero y para toda su vida, Toño Fernandez fue un desobediente excepcional; de no haberlo sido, no hubiera podido ser lo que fue. Desobedeció los escrúpulos de su padre y de los viejos campesinos de su misma vereda que consideraban el oficio de músico de gaita como una ocupación indigna. Desobedeció las propias tradiciones predominantes en el albor público de la gaita que privilegiaban la modalidad del son corrido y le incrustó letras de maravilla a las melodías. Desobedeció las obligaciones domésticas y se fue por la gira histórica por Europa y Asia. Desobedeció las prescripciones médicas sobre su salud y las humillaciones de los hospitales y se venía a reposar los achaques a su casa, cerca de la costilla de Encarnación González. Desobedeció las invitaciones permanentes a ser servil con la villanía comercialista que le paseaba hacedores de rancheras vueltos millonarios de la noche a la mañana y le pedía adulterar los elementos auténticos de su arte." (Salcedo y García, 1994).

Estas tipificaciones han llevado a una alta desvalorización social de la profesión del músico popular, incluso llegando a no considerarse una profesión viable y digna. Belinche aclara como el establecimiento de estos estereotipos está conectado, de manera oculta con intereses del mercado. "El estereotipo en todo caso no busca establecer factores de identidad entre actores sociales que no poseen el control de los medios de comunicación sino identificar un modo particular de materialización de esos valores con los axiomas invisibles del mercado." (Belinche, 2006: 8).

La música popular, como el resto de las artes populares, está a merced de la conveniencias de los intereses del mercado y la dedicación fuera de las directrices capitalistas, se convierte en ocio pero nunca en un oficio del que se pueda subsistir. "Pero si como profesión, un sector del arte no cumple con las características que resultan convenientes para el capitalismo, por no estar dedicado a producir bienes de manera industrializada, hasta cierto punto queda al margen del mecanismo del mercado. Pero si el profesionista no puede producir de la manera en que el mercado lo indica, entonces tampoco podría obtener remuneraciones económicas que le den alcance a los bienes necesarios para la vida. He ahí por lo menos de manera parcial el origen de la idea generalizada de que el arte no remunera económicamente lo suficiente, y no es, por lo tanto, conveniente dedicarse a él." (Melendez, 2013: 128).

Cuando hablamos de tipificaciones profesionales, los intereses del mercado son los verdaderos responsables, en muchos de los casos, del desarrollo de estos imaginarios colectivo, distorsionando el verdadero sentido del estereotipo. Belinche indica la importancia de ser intencionales en la búsqueda de sus orígenes, de la identidad que representan y su valor histórico. "El proceso de estratificación de un estereotipo es lento y ocurre -del mismo modo que la formulación teórica de intentos universalistas- de manera progresiva y contradictoria. El lenguaje puramente mercantil trasformó en estereotipos circulantes culturales que en su origen cumplían una función de identidad y producían sentido, relaciones, vínculos sociales, espacios compartidos. Giros poéticos, imágenes, movimientos, registros tales como dichos populares, estilos y géneros se transforman en estereotipos justamente a partir de esta condición del mercado de escindirlos de las circunstancias históricas que les dieron origen." (Belinche, 2006: 8).


Dr Miguel Angel Cano

San Marcos Nicaragua


Belinche D., Ciafardo M.

2008. Los estereotipos en el arte: un problema de la educación artística. La puerta FBA, Sedici numero 3 Facultad de Bellas Artes ISSN: 1668-761 Extensión: p. 27-38.

Berger, Peter y Luckmann, Thomas

1967. La construcción social de la realidad. Buenos Aires: Amorrortu.

Meléndez Gutiérrez S.

2013. La Música como profesión y disciplina de estudios formales en México actual. Localización: Xipe Totek: Revista trimestral del Departamento Filosofía y Humanidades ITESO, ISSN 1870-2694, Vol. 21, No. 82, 2012, págs. 124-141.

Quiroz Miranda S.

2016. Epistemologías de la Vida Cotidiana Escolar. Instituto Mclaren Ensenada México. 

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